La COMUNICACIÓN ESCRITA es un tipo de comunicación verbal, en la que el código utilizado es el lenguaje. Se caracteriza, a diferencia de la comunicación oral, en que se desarrolla por medio de la representación gráfica de signos, es decir, la escritura.
Para interpretar correctamente los mensajes escritos es necesario conocer el código, que ha de ser común al emisor y al receptor del mensaje.
En la comunicación escrita el lector es el receptor, por lo que no hay posibilidad de servirse del lenguaje no verbal ni obtener una retroalimentación inmediata.
Nuestras comunicaciones escritas van a transmitir una imagen de nosotros y de nuestra organización, por lo que debemos cuidar tanto el fondo como la forma de las mismas.
Este tipo de comunicación se consigue una vez adquirido el lenguaje oral y exige algún tipo de soporte que la mantenga (físico, como el papel; magnético, como el disco duro de un ordenador).
En la empresa, como en cualquier otro entorno, escribimos para ser comprendidos y, sobre todo, respondidos en la forma que nosotros esperamos. Lamentablemente, no siempre ocurre de esta manera y seguro que todos hemos sido alguna vez protagonistas de algún malentendido, con mayores o menores consecuencias para nuestra empresa.
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